Cuidado

Cuidado que en las noches me transformo
e ilumino tu cielo con estrellas titilantes,
hago saltar soles desde otros mundos
y te los entrego para tu sonrisa...

Cuidado que en las noches me dilato
y puedo serte fiel o infiel al mismo tiempo,
serenando tus ansias y acompañando tus sueños,
sorprendiendo mis alas volando por el cielo....

Cuidado, que nunca soy el mismo de hace un rato
y te puedo sonreir como llorar sin que te enteres,
o enterarte que soy más que un ingrato
que no acompaña tus lados hacia el cielo...

Cuidado, mucho cuidado, que soy tantos
que a veces temo, no puedas entenderme,
que a veces lloro por no entenderte,
y a veces sólo sonrío por estar solo...

Cuidado, que no nacimos juntos pero estamos
despertando mañanas de olores fragantes
y llenando de vida los espacios,
pero cuidado...hoy soy así
y luego, si cambia el aire,
quizas lloremos juntos
por no sabernos del todo
por no sabernos del todo...
27/04/07

1 comentario:

Conral dijo...

Muy bonito, Eduardo y muy cierto. Cambiamos, cambiamos y eso no es malo ni bueno, simplemente es. Ojalá sigamos despertando mañanas de olores fragantes y llenando de vida los espacios durante mucho tiempo, aunque unas veces lloremos y otras nos abracemos.
Un beso.

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El Río de la Plata y yo

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