¿Cuándo?

No me queda otra. Llego del trabajo. Estoy solo. Mi única compañía la tele. No tengo cable. Son las 20 hs. En todos los canales Noticieros.

Siempre noticieros a esta hora, en uno hablan del dólar, en otro de fútbol, en aquél de las últimas novedades en la moda y me detengo en uno que habla de robo y muerte. ¡ja, qué morboso! El resto no me importa. Me detengo ahí donde la muerte fue protagonista.

Escucho atentamente la noticia: Un joven de 18 años sale de su casa a las 20 hs a comprar una gaseosa. Se cruza con otros jóvenes de su edad que quieren robarlo. Se reúsa. Le piden el dinero, el celular, las zapatillas. El chico no quiere entregar nada. Se defiende. Ellos son tres. Uno le pega, el otro lo tira al suelo. En el piso, los tres lo patean. Quiere defenderse. No puede. Uno le tira un adoquín en la cabeza. Toman lo que pueden. Se escapan. La sangre corre. El aliento se desvanece. Un vecino lo socorre, llama al SAME. Es tarde. Su corazón dejó de palpitar.

En el noticiero muestran las fotos de la maravillosa vida que llevaba el joven muerto, se lo ve con sus amigos, en una fiesta, solo. Los padres hablan. Piden justicia.

La justicia no les devolverá la vida de su hijo ni les calmará el dolor. ¡La justicia no sirve para nada! Encerrar los otros tres, hacerlos sufrir o matarlos ¿de qué sirve? Si el otro pibe ya está muerto. ¿impedir algo? ¿Qué no vuelva a suceder? ¿eso es la justicia?

Seguirán muriendo inocentes en las manos de otros “inocentes” o no tanto que claman por ser igual a…a lo que hay que ser igual, a aquello que nos muestran día a día por todos los canales. ¿por qué unos sí y otros no? ¿dónde está la justicia?

No quiero pensar. No estoy de un lado ni del otro. No existo en ninguno de esos sitios, pero….que a mí no me toquen. Y no estoy libre de eso. Puedo morir en manos de alguien que pretenda mi sonrisa. ¡Qué selva! Al menos no tengo que salir a cazar para comer. Me limito a moverme entre las góndolas de un supermercado y elegir lo mejor que se adecúe a mi presupuesto. Aunque ansíe lo más caro. Pero no voy a delinquir por eso. Es una trampa, la trampa del mercado. La vida es tramposa. Los que generan noticias, modas, ideales, son tramposos. Quieren que pisemos el palito. Lo tengo claro.

Me detengo en las fotos del joven que van pasando por la tele y me aparece siempre la misma pregunta: ¿habrá en esas fotos algo que delate que hasta ahí llegó? Algún indicio en la mirada, en el pelo, en la sonrisa, en la piel, en el aura….Quisiera estudiar las fotos anteriores a las muertes de los muertos para tratar de descifrar en ellas el rastro que diga cuándo y cómo llegará. ¿para qué? ¿qué es lo que me atrae? No sé, quizás para estudiar mis fotos últimas y poder ver en alguna señal el cuándo.

11/11/11

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El Río de la Plata y yo

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