Tumbas futuras

No le temo a la muerte
ni a los suicidios cotidianos
que me embargan la nobleza.
Ni le temo a la vida
en su costumbre anodina
de enseñarme con la angustia.
No le temo a las estrofas
que no saben decir nada
ni a las bellas alondras
que me danzan
bailes de sueños...

...pero le temo sí
a la envidia,
al hambre de los pueblos
que es la peor pornografía
que satura mis sentidos
en cualquier noticiario...

...le temo sí
a la mala pobreza,
esa que no puede salir
de su cobardía
y se enfrenta día a día
a molestar a aquellos
que solo tienen lo que tienen
porque lo consiguieron
con durezas en las manos
con los hombros caídos
con agachares de cabeza...

No le temo a la muerte
ni a la vida...
Temo a la muerte de otros
a esa angustia que dejan en su partida,
temo a aquellos que no saben
que existe una persona
tras la que envisten
y atacan
porque murieron los códigos,
como mueren las palabras,
como mueren de a poco
los valores humanos.

Esa raza de seres
que no tienen ningún porvenir
y no lo intentan,
a eso le temo,
porque le temo al mundo
que no sepa crecer
con un ala de colibrí
o un pétalo de rosa,
porque derrumbaron sus sueños
y no son capaces de conseguirse
sueños nuevos...
...y este mundo los va creando
en demasía...
por eso les temo
porque vislumbro un mañana
tan frío y vacío
que no llega a ser muerte
pero sí una tumba
sin ramos de flores
y sin flores de alegría...

No le temo a la muerte
ni a la vida,
sólo le temo
al futuro del humano
deshumanizado.
05/12/08

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El Río de la Plata y yo

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