Locura (un relato de horror)

-Caos en la mañana de Buenos Aires. Los empleados del subte hacen paro por reclamos de mejoras salariales, los maestros hacen una sentada en la intersección de Corrientes y 9 de Julio por aumento de sueldos, los piqueteros cortan el tránsito en el puente Pueyrredón. La ciudad se encuentra atestada de coches....
-¡Taxista! Apague esa radio, que no hace falta escuchar lo que estamos viviendo. Hace 20 minutos que estamos parados aquí sin avanzar.
-Tiene razón, para qué seguir escuchando, lo pone a uno más nervioso.
-Me bajo acá, voy a hacer más rápido caminando.
Seguramente todo esto lo están provocando ellos. Sí, sí, sí. No me cabe la menor duda que son ellos. Me lo dijeron anoche en los sueños. Por eso tengo que ir a buscar a Andriela y llevármela urgente de esa casa. Desde que Verónica me echó para quedarse con los dos chicos, siempre tengo el mismo temor. Iván no es hijo mío. Yo lo sé. Aunque esa bruja me diga que es mi hijo, yo sé que no. Es el pacto que hizo ella con el demonio. Anoche me lo dijeron en mis sueños. Iván es el hijo del demonio. Tengo que sacar a Andriela de entre ellos y llevármela.
Por supuesto que tenía razón. Es más rápido caminando.
Lo veo a Nicolás que está barriendo la vereda del edificio. Mejor, así puedo entrar sin tener que tocar el portero eléctrico.
-Buen día. Viene a ver a los chicos?
-Sí Nicolás, vengo a llevarme a Andriela.
-Creo que la Sra. Verónica la llevó a sus clases de teatro. Pero pase Ud.
-Gracias.
Con 6 años y tomando clases de teatro. Esta mujer está loca. Qué quiere hacer con mi hija.
Seguro la está volviendo de su lado. Ese pibito Iván, que es hijo del demonio, hoy lo voy a matar. No puede seguir compartiendo la misma casa con mi hija. Por suerte me avisaron a tiempo y abrí los ojos. Sólo tiene 3 años y no puede desarrollar más maldad.
-¿Quién es?
-Soy yo, abrime.
-¿Qué querés?
-Vengo a buscar a Andriela.
-Está en el colegio.
-Abrime, perra, o rompo la puerta.
-Siempre haciendo escándalos. Pasá.
-¿Dónde está Andriela?
-Ya te dije, la llevé a clases de teatro.
-Bueno, mejor así. Yo la voy a buscar y me la llevo.
-¿A dónde?
-Conmigo, no la puedo dejar más con ustedes.
-¿Qué estás diciendo?
Mejor saco la pistola y le disparo en la cabeza.
¡UFF!. Cuanta sangre tenías en esa cabeza. Bruja loca. Y vos, pendejo de mierda, dejá de llorar, que a vos ahora te va a tocar lo tuyo.
Mejor va a ser que con el arma no te mate, con un cuchillo. Sí. Voy a buscar uno a la cocina.
¡Guajjj! Por fin moriste pequeño hijo del diablo. Ahora voy a ponerlos a los dos en la bañera y los voy a tapar con una frazada. Pero voy a dejar esta carta avisando que fui yo el que hizo esto. Los motivos no importan. Sólo quiero que sepan que fui yo.
Ya está.
Voy al colegio a buscar a Andriela y vamos a ser felices juntos, sin esa bruja y sin ese demonio. Nos hemos salvado. En realidad yo salvé a la humanidad, porque las voces me lo dijeron.
-Buen día Gabriel, ¿viene a buscar a Andriela?
-Sí, vengo a llevarla.
-Hola papi.
-Vamos hija.
-Y ¿a dónde vamos? ¿Vamos a ver a mamá?
-No, vamos a casa.
-Bueno.
-Vas a ver que estamos bien.
La llevo a mi hotel para que se purifique de tantos años al lado de esa bruja y ese demonio.
Ahí se va a poder limpiar.
-Quiero ver a mamá.
-Bueno, pero no llores, ya no la vas a poder ver más.
-¡Quiero ir con mamá!
Mejor le doy un poco de esas pastillas que me dan para tranquilizarme así se tranquiliza y deja de llorar.
-Tomá esto, te va a hacer bien. Cuando despiertes vas a ver que vamos a ser felices.
Que pronto le hizo efecto. Es un ángel durmiendo, espero que no se haya contaminado de los demonios. Cuando despierte vamos a poder vivir felices.
Esta noche no puedo dormir, y verla dormir a Andriela me produce una satisfacción infinita. ¡Qué feliz soy ahora!
Despertó y sigue llorando preguntando por la madre. Seguramente le hicieron algo, ya es de ellos. Lamentablemente tendré que liberarla a ella también. Le disparo en la boca. Sí, ya está. Ahora sí soy libre. Somos todos libres.
Voy a la ventana a ver y a sentir la libertad. Me paro en el umbral. Sé que puedo caminar en el aire y no pasa nada, porque ahora estamos liberados. Lo sé, las voces me lo dicen. Voy a dar un paso en el aire y ascenderé al cielo.
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Esto es una interpretación de los hechos sucedidos el 16/05/07 en el barrio de Caballito. En el que un padre de 37 años mató a su mujer de un balazo, a su hijo de 3 a puñaladas y a su hijita de 6 con un disparo en la boca, y luego se suicidó tirandose desde un octavo piso.
17/05/07-

3 comentarios:

Melba Reyes A. dijo...

Como historia, interesante, muy buena. Como hecho de la vida real, dolorosa, dramática.. Saludos. Melba

Conral dijo...

Ufffffffff. ¡Qué horror! Desde luego algo tiene que entrar en la cabeza para perder la razón y actuar de esa manera.
Lo siento mucho.
Un abrazo.

(El relato muy bueno, como siempre.)

Javier dijo...

ojala la siquiatria y la neurologia sigan avanzando y lleguen a curar o a controlar la esquizofrenia, mientras tanto nos toca seguir viviendo historias como esta. gracias edu, relatas muy bien, un abrazo

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El Río de la Plata y yo

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