Como luz de luna enmarañada entre mi cuerpo
sube tu suave risa y me desliza
una tierna ola de caricias
que se despliegan en mi
trayendo aromas de ilusión y calma.
No hay otoño en tus labios
sólo esa calma forma de reírme
sólo esa clara forma de decirme
suave, sutil, perpetuo
que entre la vida inquieta
y entre almas unidas
no hay rendijas de miedos ni de llantos.
20/01/08
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
Todos los trabajos de este blog están debidamente registrados y protegidos por la Ley Nº 11723
El Río de la Plata y yo

No hay comentarios.:
Publicar un comentario