Miedo (un pequeño relato a la angustia de ser)

De pronto me invadió un temor profundo que me helaba los huesos y me explotaban los ojos de lágrimas.
Bajaba la mirada para que nadie se de cuenta de mis ojos brillantes, inundados de agua de dolor. Sentí un miedo atroz a volverme loco. No quería nada, no necesitaba nada, no quería más imágenes entrando por mis ojos, ni más sonidos entrando por mis oidos. Sólo quería estar solo, acostado en mi cama, acurrucado sin pensar. Todos me miraban y temía que se dieran cuenta.
El pensamiento me ataladra el cerebro, me golpea y me da pánico. Lo escucho corriendo de un sitio a otro de mi cabeza, golpeando cada arteria, cada rincón, infinitamente yendo y viniendo, y no puedo más. Necesito no pensar. Basta. Y el temor a no dormir una noche más, temor a seguir indefinidamente llorando, temor a estar tan loco y que me encierren.
Mínimo contacto, mínimas palabras. Nada.
Tengo que aguantar hasta asilarme en mi guarida y quedarme quieto, silencioso, sin pensamientos.
Pero el pensamiento llega y llaga más mis derrotadas neuronas.
La vejez, los muertos que estan presentes, los seres amados, la persona que fui, las personas que importan, y mi persona sin importar....el miedo a estar loco, cada vez más loco. Todo me ataca, me sufre más el cerebro y el corazón.
Sólo las ganas de no estar, de no existir más, de no ser, de no pensar...
Si pudiera no ser y estar no siendo entre lo que dejé de mí, lo que fuí y lo que soy !!! . ¡Cuánto daría por esto!.
Miedo, se me está congelando el cuerpo de dolor.
Miedo, se me hiela la sangre y me pega fuerte en las venas. La siento fria, recorriendome...
No quiero ya estar en ningún lado. Quiero deshacerme, desaparecer de mí.
Me harté, me harté de mí y tengo miedo, mucho miedo.
Miedo....me estoy volviendo loco.
10/08/07

4 comentarios:

Meli dijo...

Eduardo, amigo. Respeto tu comentario previo al relato que publicas. Te diré que me gustan tus relatos, casi más que tus poesías. Así te lo he hecho saber en más de una ocasión. Los que escribimos, siempre hay unos retazos de nuestras propias vidas y de las de los demás, también. Cuando estás triste, me entristece pensar que estás de esa manera y cuando estás eufórico, me alegro mucho por tí. Deja pasar el tiempo, que con la ayuda de los amigos se puede salir hasta del pozo más hondo. Con mucho cariño. Besotes.

DePaco dijo...

Bonito relato.

Conral dijo...

Tus relatos son tristes generalmente. Quizás sean reflejo de lo que más abunda en la tierra: soledad y tristeza.
Un abrazo.

Javier dijo...

Hasta esa "locura" puede ser buena compañera, sabes porque, porque es fiel, amiga y nos ayuda a mirar la vida bajo otro prisma, de otras maneras...
un abrazo eduuuuuuuuuuuuu

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El Río de la Plata y yo

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