Un Poema de vida

I
Hay miles de guerreros
guerreando por el mundo
y miles de mundos
mundeando por la tierra,
miles de tierras enterrando
miles muertos
y miles muertos
comidos por gusanos.
Hay miles de gusanos
cansados de ser tales
hastiados ya de repugnancia al muerto.
Puedes estar tranquilo,
no eres el único
que respira insaciablemente
un estilo tan igual
el de ayer como el de hoy.
La tierra está repleta de gusanos,
gusanos buenos, gusanos malos,
gusanos tontos, gusanos sabios,
que matan y se gritan
se aman y aborrecen
se miran, se sonrien
y llevan en sus espaldas
dos alas indiferentes
como piedras verdes
colgadas de un buzón.

Sí, ya sé,
Tú dices que María
es una mujer fría,
y de que Ignacio
ocupa poco espacio,
Te ries de repente
y eres necio,
y gritas en un recipiente de
papel metalizado
que eres mariposa inquieta
volando entre gusanos...
...y corres como un tonto
atrás de un colectivo...

II

Tú naces siempre, cada día
y mueres en momentos como Abel
matado por su hermano.
No te dejes caer por el abismo
rodeado de esas densas nubes
claustrofóbicas.
Levanta cada paso
y expresa tu sonrisa.
Levanta la mirada, los ojos y los párpados.
Levanta tus cabellos a otras dimensiones
y sal más afuera
más afuera de la nada
más afuera de afuera.
Levanta tus labios, no los dejes
morder por renacuajos.
Levanta tus oidos pronunciando
palabras incoherentes,
dejando de escuchar
mentiras tan atroces
y envolviendote en frases diferentes.
Levanta, levanta, levanta, levanta...
Levanta que arriba y abajo
está lo que levantas.
Cuélgate de un balcón con la cabeza hacia abajo
y mira al revés los pasos de los pies.
Entonces serán vanas
las piedras de Caín
serán manteca lanzadas contra una alacena de oro
de un oro que pretende ser alacena.
Recuerda que todavía hay millones
de puertas esperando ser abiertas,
y de que hay otros tú
detrás de aquel espejo
que aún no descifraste
y que no puedes mostrar...
Vé caminando y muérete,
muérete y renace.

III

Vé caminando,
camina de espaldas y cabeza abajo
camina de frente con los pies cruzados,
del costado izquierdo con la mano derecha al suelo,
con los ojos cerrados hacia atrás
y con un pie levantado.
Camina, camina, camina...
Camina bajo lluvia,
camina bajo sol.
Sobre el arco iris,
camina con neblina,
camina con calor,
camina con el viento
refrescandote el sudor,
camina sobre techos
y pasa por los puentes,
camina sobre piedras,
camina sobre rosas,
camina por debajo de las mesas y las sillas,
camina con los pies arriba y a la inversa,
camina sobre pasto y sobre asfalto,
camina por debajo de baldozas
y camina sobre las espinas de las rosas...

Camina, camina,
muérete y renace...
...muérete y renace...

IV

Sabrás de sabido
que las tropas de Napoleón
ni Napoleón mismo,
habrán leído tu poema.
Vé a las tumbas,
recítalo a los muertos
diles que vives, que recitas
y tienes un poema...
Te dirán que tu poema
es un poema de vida,
que ya no les interesan
sólo porque están muertos.

Y sabrás de sabido
que las tropas de Bush
ni Bush mismo, habrá leído tu poema...
Vé a las esquinas,
recítalo a los vivos.
Diles que tú también, como ellos,
respiras y caminas y que sientes...
y que tienes un poema...
Te dirán que no tienen tiempo
que tu largo poema
es un poema de muertos.
Bien sabes que no
que noes para ninguno de ellos.

La tumba de María estará muy fría
y la de Ignacio ocupará poco espacio...
debes cavar la tuya
como otros lo hicieron
pequeña por fuera,
enorme por dentro.
Nadie sabrá entonces
que habrá un largo poema
enterrado en el suelo,
un poema que fue escrito
ni para vivos
ni para muertos...
Tal vez algún día
se instale ante tu tumba
otro poeta
a recitarte un poema de vida.
Tú dile que aquí yace Eduardo
el gusano que corría como un tonto
atrás de un colectivo,
con su largo poema,
un poema de vida,
vibrante, inquieto,
que no le interesó ni a los vivos
ni a los muertos.
Tal vez comprenda él
que Majas atrevidas
mostrando piernas gordas
y enormes pechos
con rostros de ángeles morbosos traicionados,
están inmóviles, clavadas,
inquietas y vibrantes
en el tiempo,
como tu poema de vida
con una diferencia:
ellas son de ayer, de hoy y de mañana,
y tú estarás tan solo
ayer, hoy y mañana
en tus adentros.
Como tantos otros
que no les interesó
ni a los vivos
ni a los muertos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

te he visitado y he disfrutado con mi visita.
Ya te tengo en favoritos, seguimos en contacto.
Me ha gustado mucho!
Saludos

DePaco dijo...

De vez en cuando pasaré a ojear tu poema, así que no lo termines.Y si ese poema se acaba, que nazca otro.

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El Río de la Plata y yo

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