Importa acaso en qué sitio remoto
se encuentra desparramado
el polvo de tus huesos?
Si hoy nadie se acuerda
del olor de tu aliento,
ni el aroma a pasión
que dejaste en las obras
con tus manos de artista carpintero
en maderas que hoy
no son más que leños.
Una hija y dos hijos
y tu historia y sentir casi perdidos
en la memoria y el tiempo.
Los poemas de amor
de loco poeta enamorado
que quedaron en papeles
que se fueron destiñendo.
Y esas dudas que tenías,
esos miedos, esas ganas,
las risas, las furias
y esa lágrima derramada en silencio?
Dónde están hoy?
Hay un banco que hiciste
y que me amalgamé a tí
con mi pintura en él,
que está presente,
y algunas fotos viejas,
unos recuerdos,
pero hay un corazón
papá
que hoy te siente.
Lo que queda de tí
es este hombre
que sabe sonreir
pues se lo enseñaste.
A los 47 años de la muerte de mi padre.
06/05/2010
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4 comentarios:
Muy buen poema Eduardo. Siento sí, como padre, que quisiera que mis hijos me recoradaran aún más.
Abrazo primaveral desde Dinamarca.
íAN.
Bello y sentido poema sobre los sentimientos que transmitio un padre a sus hijos, porque ese es su legado.
Besos
Me ha encantado la ternura que encuentro a la memoria de tu ser querido.
Saludos.
Eduardo: Me encantó... me hizo acordar a mi papá que dejó tantas enseñanzas... gracias por el poema!
Un abrazo
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