Quédate ahí

Quédate ahí
en las sucias palabras de mi nombre
o en el cielo del martes
o en la luna del lunes
o en el sol de noviembre
o en el aire de otoño,
pero
quédate ahí...

Aunque suene egoísta
quédate ahí...
en los oscuros besos de mi boca
o en las ausencias constantes de mi cuerpo...
en el mudo decir de mi tristeza
o en el sudor salado de mi pañuelo.

Quédate en la sombras de la noche
sin sombrero
para que pueda verte,
pero quédate ahí,
donde te sienta
alando el continente de mi esencia.

Quédate ahí
aunque me vaya de Julio hasta Septiembre
y no regrese nuevo, o limpio, o renovado...

Quédate ahí...
en la olorosa flor de mi jazmín de leche
para que pueda olerte
para poder saberte
enredado en la vida de tus días...

Quédate ahí
porque soy para tí
desde el principio
y ahí me encuentras...
quédate ahí...
03/04/08

1 comentario:

Conchi dijo...

Muy buen poema, Eduardo. Con ritmo ligero y lleno de amor. Me gusta.
Un abrazo.

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El Río de la Plata y yo

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