Es el cuerpo, el cerebro o no se donde
ubicar estos duendes que me mandan,
o este eclipse de luna que me embriaga,
o los días de sol que me traspasan.
Quizás un ángel sepa de qué viene
la locura que cruza por mis venas.
Soy antiguo, moderno y tengo penas,
soy alegra, jovial y tengo ganas.
Estos duendes me mandan por senderos
unas veces oscuros y otros claros,
yo me mancho de luz y de pecados
y renuevo mi alma en las fragancias,
del naranjo, lavanda o de las rosas
porque siempre el aroma de las cosas
me hace ver que estos duendes son del alma.
21/02/08
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3 comentarios:
Sigue y sigue renovándote.
Una de las tres Marías.
Eduardo este poema me parece buenísimo, lleno de belleza en la forma y el contenido. Te felicito. "Tu duende" llegó a mi alma.
Un abrazo.
Hermosos versos Eduardo, así que sos argentino???
Saludos desde el norte!!!
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