Aquellas cosas que nunca pude contarte (un relato cruel)

Tú sabes bien que hasta que te conocí, nunca había salido con nadie. Yo tenía 19 años y era mi primer experiencia. Me llevabas a bailar, salíamos, me iniciaste en el sexo. Mi madre estaba contenta contigo porque me tratabas bien y eras un buen hombre. Yo siempre fui una chica tranquila que me gustaba hacer las cosas bien.
Corría el año 82. En Junio yo cumplía 23 años y en Noviembre estaba planificado nuestro casamiento. Ese año se casaba mi mejor amiga, Mabel. Y esa noche, la de la despedida de soltera de Mabel en el mes de mayo, no sé que pasó. Fuimos a esos lugares de mujeres donde hay streepers y tomé demasiado. Estaba borracha. Quizas no era yo, o quizas sí. Pero a las 3 de la mañana, cuando nos despedimos con nuestras amigas, no tenía ganas de volver a casa. Pasé por una disco y entré. Nunca había ido sola a una disco. Enseguida, una bandada de muchachos, todos lindos, se me acercaron. Querían bailar, o algo más. Yo accedí con el que me llegó más. Bailamos un poco y al rato, se me acercó y comenzó a besarme. Yo sentí un fuego interior que nunca antes había sentido con nadie, ni siquiera contigo. Lo dejé un rato para ir al baño y me siguió. Me metió en el baño de hombres y me encerró en un privado. Y se desató mi pasión. Fuerte, caliente, y al instante ví que sacaba su pene y se ponía un preservativo y me penetró, Yo estaba muy borracha y me dejé penetrar. No puedo decir que no lo disfruté. Me gustó mucho.
Al salir del baño pensé que ese muchacho seguiría conmigo, pero no fue así. Me dejó sola.
Luego seguí tomando y se me acercaron tres chicos, uno mejor que el otro. Y yo cachondeé con los tres. Me siguieron dando de tomar. Los tres me besaban mientras bailábamos, me tocaban, y a mí me gustaba. Me propusieron salir. Acepté. Me llevaron en un coche, entre risas y besos y caricias hasta la rivera del río. Ahí tuve relaciones con los tres. De a uno fueron pasando y entre ellos se alentaban, se reían y bromeaban mientras alguno me poseía.
Esta vez fue sin protección.
Al amanecer, desperté tirada en la orilla del río. Los tres se habían ido después de haber hecho lo que querían conmigo. Yo no puedo decir que la pasé mal. Me gustó. Pero supe que esa noche había quedado embarazada. Y lo corroboré al poco tiempo.
Continué con mi vida de señorita normal pero los análisis daban que estaba embarazada de tres meses. Le pedí a Esteban que adelantaramos el casamiento porque estaba embarazada.
El no tuvo problemas. Estaba seguro que era de él, y yo estaba segura que era de alguno de los tres que había pasado esa noche de mayo.
Nos casamos pronto. Nació Federico y todos contentos.
Cuando Fede tenía 10 años y podía quedarse solo en casa, cada vez que tú salías a mí me pasaba algo que no podía explicar. Quería tomar, salir a bailar, tener relaciones con cualquiera y volver.
Un sábado, que tú te fuiste con tus amigos, después de acostar a Fede, me vestí bien y fui a una disco. Me emborraché. Conocí un muchacho. Tuve una relación ocasional....y así empezó nuevamente la historia. Cada vez que me quedaba sola, necesitaba sexo de otros, de desconocidos.
No te puedo decir cuantos han pasado en todo este tiempo. Fueron muchos. Todo lo vivía sin culpa y sin remordimiento. Sentía que era yo, como soy realmente. Y luego seguía la vida, como siempre, amándote y cuidando nuestro hijo, bueno, mi hijo.
Ya sé que debes pensar que eso no es amor, pero te amo. El resto era pasión, la necesitaba, era locura, la requería....
Hoy Fede tiene 24 años. Y tengo que decirte que no es tuyo. Que fuiste un buen padre. Que yo a la vista de todos fui una buena madre. Que seguimos siendo una familia normal. Pero que esas cosas que hice, no las puedo dejar pasar por alto. No soy tan buena como parece.
Y espero que esto que escribo nunca llegues a conocerlo.
01/05/07

3 comentarios:

Meli dijo...

Muy buen relato, Eduardo. Con respecto a la protagonista, es hipocresía?? O, tal vez ... una doble personalidad? En cualquier caso, creo que fue, es y seguirá siendo poco sincera con aquellos a los que quiere. Gracias por escribir. Besotes.

Melba Reyes A. dijo...

Pienso que el mundo tiene muchas historias secretas como ésta. Creo que éste es un caso de doble personalidad. Además la protagonista tiene una autoestima muy baja. Gracias por escribir y hacernos elucubrar, es un buen ejercicio mental. Saludos. Melba

Conral dijo...

Me ha parecido un buen relato, Edu, aunque no me ha dejado un buen sabor de boca, pero no por cómo lo has escrito sino por la historia, que como todas las que escribes, son muy reales. En fin, ya te comentaré más si coincidimos en el chat. Mientras tanto recibe un abrazo y graciasssssssss.

Todos los trabajos de este blog están debidamente registrados y protegidos por la Ley Nº 11723

El Río de la Plata y yo

El Río de la Plata y yo