Dios también es un zapato...

Dios me nace en el aire,
se escurre por mis ojos
y penetra a mis adentros...

Dios me grita tremendo
en cada esquina, en cada calle...
Dios me sonríe con el pasto
y con la luna,
me esfuma en el sonido
y con la música...
Dios me deleita y satisface
con el amor...

Me enfurece, de pronto,
un niño hambriento,
una mano sin ayuda,
una duda sin respuesta.

Ha de ser Dios el Creador por excelencia,
de tí, de mí, de aquel,
del sol.
Ha de ser el Viejo Cruel de Barba blanca
injusto, observador...

Dios es Todo en cada paso
y nada en cada pie.
Dios...
Dios también es un zapato...

1980

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El Río de la Plata y yo

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